El principio y el fin
Todo cuanto ocurre a nuestro alrededor tiene un por qué, tiene un cómo,etc. También un principio y un fin. Nada sucede por casualidad. La serendipia que muchos afortunados disfrutan pese a lo aparentemente casual casi siempre obedece a estar en el lugar correcto a la hora adecuada. Y el hecho de estar se debe a la decisión de ir.
La vida, la nuestra y la de los demás, se compone de una sucesión de pequeños momentos. La mayoría serán fruto del olvido en cuestión de minutos. Mas comprenderemos el valor de alguno de esos momentos cuando se conviertan en recuerdos. Posiblemente los recuerdos conformen la parte mas relevante de nuestra biblioteca mental.
La toma de decisiones forma parte de nuestro día a día. Sin ella se complica la posibilidad de salir de esa suerte de corriente diaria que nos lleva del alba al anochecer; muchas veces, de manera anodina. Y la vida sólo es aburrida si te quedas dentro de los límites que ya conoces. Atreverse a asomar al otro lado siempre provoca la llegada de aire fresco.
Casi todas nuestras actividades vitales tienen un fin. Nada realizamos al albur de la vida. Beber, comer, respirar... Pensar, razonar, imaginar...nos eleva a un plano diferente. Un lugar en el que principio y fin sufre de ciertas distorsiones. Una pelea entre la realidad y los sueños que contribuye, generalmente para bien, a que nuestra existencia sea más excitante.
Suele ser en los pequeños detalles en donde todo cobra una especial importancia. Una coma en un texto cambia todo. El modo en como miramos a alguien puede atribular la mente del observado. Sentirnos importantes para alguien en base a intangibles, tiene un poder tremendo. En muchas ocasiones son más poderosos los pequeños detalles que la razón de los mismos. Al fin y al cabo en una caja de fósforos caben sesenta incendios.
Uno decide si quiere ser aceptado por un grupo o disfrutar de las pequeñas compañías. Tal vez no sea mejor estar con una persona que con un grupo. Sin embargo siempre he preferido a las personas que disfrutan estando solas, porque suelen ser selectivas. Y si eligen estar contigo es porque les nace, no por necesidad.
Diría, para concluir, que lo bueno es aprender a disfrutar de los momentos que ocurren entre el principio y el final. Porque no todo lo que termina es una pérdida. Cuando algo se acaba...la vida sigue.
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