Cáncer
CÁNCER
Pocas palabras tienen tanta capacidad de romper a una persona por dentro. El hombre del saco de los adultos (más conscientes que los niños de su poder devastador).
Suele ser uno de esos temas sobre los que puede hablarse alegremente en plan cuñado y, sin embargo, pasa uno casi de puntillas cuando afecta a alguien cercano o conocido.
No existe un modo correcto de abordar todo lo que lleva aparejado el término. Pues afecta de igual modo a las emociones, a los afectos, al cuerpo... Tiene la capacidad de dislocar nuestra vida.
Tal vez la mejor manera de abordar este tema sea desde el conocimiento. Que alguien te lo explique, te enseñe los por qué y los cómo. Porque siempre habrá un antes y un después.
Asomarse a esa puerta no es fácil. Uno ha experimentado en primera persona el miedo. No sólo el susto. Sino esa corriente de desasosiego que, de pronto, invade tu cuerpo y tu mente. Y no es una sensación para la que uno esté preparado.
La incertidumbre, tal vez el mayor enemigo del ser humano, invade tus días. Anhelas respuestas a preguntas que no te habías hecho antes. Sin duda nunca busques una respuesta en las redes. Las certidumbres, si las hay, te las dará el profesional.
Huelga decir que no es lo mismo un caso grave, con mal pronóstico o terminal ; que un tal vez. Cada uno traga saliva como buenamente puede. He descubierto que, si bien el miedo aprieta el estómago, se puede encontrar tranquilidad en la asunción de que no depende de uno que las células cambien.
Por ahora todo sigue su curso; no te cruzado todavía al otro lado. Y si un día toca hacerlo espero tener los arrestos suficientes como para sonreír. La vida es maravillosa aunque, algunas veces, esté trufada de piedras y pedradas. Seguir adelante es el único camino válido.
A mi alrededor, algunas personas, están cruzando o han cruzado al otro lado. Cada cual con su entereza y sus fortalezas. Tal vez antes no reparaba tanto en ello, pero...ahora si. Y admiro su coraje, sus ganas de luchar.
Mis respetos por todos ellos. También por aquellos que no encontraron asideros a los que aferrarse en el camino. No debe de ser fácil ver la mano tendida con los ojos llenos de lágrimas.
Me quedo con una frase de Séneca: "El deseo de sanarse siempre ha sido la mitad de la sanación".
Todos fuximos do mal, porén non queda outra de subir ao ring. Moitas veces sabes que vas perder, pero toca un asalto máis. Boa reflexión e, sobre todo, sentida
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