Agarrado a tus nalgas

 Agarrado a tus nalgas


Así me he despertado esta mañana, sintiendo mi cuerpo duro, el corazón acelerado y el sabor de tu piel en mis labios. Y, estirando mi brazo al otro lado de la cama, te he buscado pero no estabas. Tal vez te habrás ido a otra habitación, desvelada, para no despertarme…pero sabía que no tenía que ir en tu busca. No encontraría rastro de ti, pues habitas en mi cabeza todavía no conmigo. 

Mientras me ducho, tratando de apaciguar del calor que me abrasa por dentro, puedo sentir tus manos al cerrar los ojos. Sentir tu respiración en mis oídos mientras me besas el cuello. Noto tus pechos rozando mi espalda, tus manos jugando conmigo. No puedo   más que, respirar aceleradamente, dejándome llevar por todo cuanto provocas en mi. Te siento conmigo y alrededor. 

La bruma del agua caliente comienza a inundar el espacio y situada frente a mi, me sonríes; con esa mirada que ambos sabemos, abre las puertas del todo. Del ahora y aquí. Y sujetando tus nalgas te alzo para tenerte a la altura de los ojos, balanceando tus caderas en torno a mi cintura. Aferrado a ti, aferrada a mí….

Temí perder el equilibrio. Pues las piernas me flaquearon de tal manera que…tan sólo pude asirme a la mampara para no caer como fruta madura. 

Al salir de la ducha mis pensamientos seguían en tu búsqueda. No estabas, quizás no existías, o sí. Qué más da! Los dos lo sabremos, con sólo mirarnos. 


Comentarios

Entradas populares