BUSCÁNDOTE


 

Me gusta despertarme oliendo a ti, sintiendo a mi lado el tenue ir y venir de tus pechos; como una barca mecida por el mar. El recuerdo reciente de nuestro sudor entremezclándose al compás de las idas y venidas;  de la respiración entrecortada; del tremor de nuestros cuerpos sacudidos por una intensa bofetada de placer.

Mientras te observo durmiente, poderosos sentimientos y emociones recorren mi mente y cuerpo. La ternura se ve abrumada por la lascivia que despiertas en mí con sólo mirarme. Cuán poderosos son los impulsos que nacen dentro de nosotros, sin control, desbocados como corceles libres…

Recuerdo el preciso instante en que nuestras miradas se dijeron sí, aun cuando nuestras bocas apenas acertaban a pronunciar nuestros nombres. Así funciona el corazón cuando ocupa todo nuestra mente. Tengo vívido ese instante el que tus labios, tus ojos, tu manera de mirarme…hicieron que el suelo bajo mis pies fuese un montón de arenas movedizas.

Duermes, y mientras lo haces sonrío reviviendo cada instante de nuestro primer paseo. Esa manera de gesticular, de sonreír sin hacerlo; de mirarme con los ojos cerrados… Nada importaba, tan sólo tú y yo. El universo seguía su curso mientras nuestro mundo se paraba a observarnos.

Acaba de sonar el despertador y con él te has desvanecido casi por completo. Camino hacia la ducha buscándote en los recodos de mi mente somnolienta, y apenas acierto con vagos recuerdos de lo que esta noche hemos sido. Parecías real, vívida, intensa, preciosa…

Con el café en la mano y el recuerdo en tus caderas debo de emprender el camino de la realidad. De esa rutina laboral de la que, muchas veces, me retiro para soñarte despierto. Supongo que en algún momento serás real y crearás en mis recuerdos la narrativa real de los sentimientos intensos, de la emoción, del deseo…

Por si tardas en llegar, esta noche te buscaré de nuevo. No sé si serás igual, pero sí que serás recurrente. En la hipérbole de los sueños acostumbramos a jugarle un órdago a la vida. Pero nunca me ha importado la victoria más que el poder jugar. Si no se arriesga…nunca se gana. Así que sigo buscándote, cada noche…

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