TU CALOR
Últimamente,
en las noches, me despierto con el sabor de tu piel en la boca. Un sabor todavía
desconocido pero que me resulta familiar. Tal vez porque anhelo leerte cada
noche…línea tras línea, espacio por espacio.
Y me
despierto excitado, buscándote por la cama…y no estas. Trato de volver a
conciliar el sueño para buscarte; te has ido. Y me has dejado con ganas de
perderme entre tus piernas; de buscar las acequias que rezuma tu cuerpo cuando
estamos juntos…
Me gusta
vestir tu piel con la mía cuando está desnuda, observando tu respirar…esa
manera de existir que eriza mis poros con una leve sonrisa. Y sueño con
desnudarte al verte deambular por mi conciencia en estos días de escarcha.
Quisiera
ahogarme en tus labios, susurrarte con palabras mudas el deseo que siento por
ser parte de ti y ahora… no quiero despertar. No quiero mudarme de este lugar
agradable en el que tu calor adormece mis sentidos y excita mi mente.
Un día
leí que el beso de una mujer hermosa es el sitio más pequeño en el que a un
hombre no le importaría perderse para siempre. Posiblemente sea cierto, aun
cuando la hermosura no sea más que una diapositiva del que mira.
Miro el reloj con demasiada frecuencia. Deseo que llegue el momento de dormir y encontrarme de nuevo contigo. Para poder asirte por los glúteos y auparte sobre mí. Esta noche confío en que seas mi amazona y dejes a este corcel devenido en trotón al borde del abismo. Presto para perder el sentido aferrado a tu piel; sediento de ti, dormido con tu calor…
Comentarios
Publicar un comentario