SERENDIPIA
No es fácil encontrar un trébol de cuatro hojas cuando
caminas por una senda pedregosa en pleno estío. Mirar al cielo y que una
estrella tintinee sólo para ti. Se da, con poca frecuencia, que puedas
encontrar aquello, que no buscas pero deseas. Así de caprichosa es la vida.
Hay temporadas que se viven casi en continua penumbra y
que una mirada puede llenar de luz. Momentos en los que una sonrisa nerviosa
abre una puerta al todo por la nada. Leves caricias que provocan respingos a lo
largo de la columna. Besos que no se dan y se desean. Abrazos que son menos de
lo que quieren ser…pero serán.
La belleza siempre será relativa; obedece a la absoluta
parcialidad del que mira, del que observa, del que ve… Y hay belleza que no se
ve con los ojos, tan sólo se percibe y siente en determinados momentos, con las
personas precisas…
“He visto a una pareja correr fuerte para no perder el
autobús. Hubiera sido más fácil soltarse la mano pero ellos querían perderlo
juntos”… en eso consiste, en darle prioridad a las cosas importantes. En apostar
por aquello que te hace fuerte.
En un cruce de miradas se pueden evitar miles de folios
escritos que jamás dirán lo mismo. En una carcajada compartida se esconden
cientos de versos no dichos. Reírse de lo mismo siempre es una muestra de ir en
el camino correcto.
Hay canciones que si cerramos los ojos, por arte de magia
se convierten en recuerdos. Letras que cuentan la historia de los sueños,
evocan los anhelos. Melodías que transforman el instante en que se escuchan en
un concierto de sentimientos y emociones. Canciones que pasan a formar parte
del nosotros.
Nunca hay que tener miedo al llegar a una encrucijada y
cambiar de camino; Puede ser la manera de darse de bruces con aquello que llevas
toda una vida buscando. El camino se hace al andar. Mis pies ya van en tu
dirección…caminando.
Serendipia: Circunstancia de encontrar
por casualidad algo que no se buscaba.
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