Esclavos y siervos

 Uno observa el presente y no puede mas que hayar paralelismos con la sociedad orwelliana descrita en "1984"( George Orwell). 

La vida que nos toca vivir está trufada de falacias, de insultos a la más elemental inteligencia; de fanatismo. Una sociedad occidental encaminada hacia una decadecia como no se recuerda. 

Cuesta un mundo encontrar la verdad bajo el basurero sobre el que caminamos cada dia. 

Abandonamos hábitos tan saludables como una buena conversación cara a cara, en beneficio de compañias de telefonía que nos han vendido las veleidades de la nueva comunicación, soslayando de manera interesada, que es la comunicación no verbal la que da valor a la humanidad. 

Nos hemos convertido en esclavos de nuevas tendencias. Modismos que nada tienen que ver con el avance social en sí. Al contrario,  se nos invita a un consumismo sin sentido que busca idealidar un universo falso, lleno de enseres y carente de sentimiento.

Somos siervos de los pocos que mueven los hilos. Hay latitudes donde los hilos no se esconden y están a la vista (dictaduras, absolutismos...); en occidente han prostituido la Democracia hasta acercarla mucho a aquella aseveración tan del SXX:"La dictadura de la mayoría".  

Porque parece que no eres nadie si no formas parte del rebaño. Te tildan de rarito si piensas diferente .

El disenso no está de moda porque para disentir es preciso tener la capacidad de comprender, entender y razonar sobre cuestiones en las que no pensamos igual. Y esto no se fomenta, no parece estar de moda.

Barry Levinson dirigió en 1998 una estupenda película "La cortina de humo" donde, a través de la sátira política,  ponía el acento en la capacidad de manipulación que tienen los medios sobre la sociedad.  Una interesante reflexión que vista hoy,   veinte años después,  está más viva  nunca. 

Sin embargo ahí seguimos, en el redil. Enfangados de porquería y sin otro objetivo que salpicar y repartir...que así tocamos a menos. 

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