LOS ABRAZOS ROTOS
Un
abrazo, un simple abrazo, es lo que se necesita en muchas ocasiones para
satisfacer nuestros instintos primarios de afecto, para demostrar amor por
otros… los abrazos forman parte del ser humano en la misma medida que besarse, tocarse,
acariciarse, amarse.
Todos
nos hemos sentido, a lo largo de nuestra vida, felices por haber notado el
pecho de alguien en nuestro oído, por tener la cabeza de alguien entre nuestros
brazos… abrazar a alguien es mostrar un afecto más allá de toda duda. Claro
está, no hablo de los abrazos fútiles de quienes los dan de manera tan gratuita
como falsa; hablamos de los que se dan de manera sentida.
Son
sólo éstos últimos los únicos que pueden ser rotos. Los abrazos rotos sólo
pueden ocurrir entre personas que por una razón u otra un buen día dejan de
abrazarse, aún sintiendo en el fondo las ganas de sentirlo o darlo.
Quien
no ha sentido la necesidad de abrazar a quien no lo quiere; quién no ha sido
“agasajado” en algún momento por un abrazo no deseado…todos ellos son abrazos
rotos.
A
lo largo de mi vida he echado muchas veces en falta los abrazos necesarios para
afrontar con valentía algunas decisiones personales, me he sentido sólo y
precisado un abrazo cuando las cosas no vinieron bien dadas y sin embargo, que poco he
aprendido de ello.
Muchas
son las ocasiones en las que he sido remiso a dar un abrazo a quien lo
precisaba, la tosquedad de mi carácter ha supuesto en no pocas ocasiones la
sensación de soledad por quien esperaba mi afecto. Y cuando me he dado cuenta,
cuando he sentido que ese abrazo roto había sido cosa mía….
El
ser humano precisa afectos, no nacemos con instrucciones para el desarrollo
individual, mas los sentimientos se forjan desde el comienzo y bien distintos
son aquellos acostumbrados a los abrazos, de quienes no los han disfrutado. De
la misma manera serán los primeros quienes sufran más esos abrazos rotos de los
que hablo; para los que no disfrutaron de aquellos brazos rodeándoles desde el
comienzo, lo más natural será no hacerlo, así que no lo echarán de menos.
A
la vista está que siempre será mejor demostrar los afectos, aun a riesgo de que
te partan en alma, que ser parco en ellos y un día despertarse vacíos de
sentimientos. Necesitamos abrazarnos más, dejarnos llevar por lo que sentimos.
Y cuando los abrazos rotos sean inevitables, entonces ser directo, claro, para
no romperle los sueños a quien los percibe como reales.
Comentarios
Publicar un comentario